RITUALES MURCIANOS PARA GUIAR A LOS DIFUNTOS
¿Sabes cuál es el ritual en la huerta murciana para guiar a los difuntos?
Es habitual aún en muchos pueblos que siguen “tocando a muerto”, con las campanas de sus iglesias, donde los vecinos salen a la calle a preguntar quién es el difunto. Encender velas para ilustrar el camino al cielo o hacer la cama a los muertos son algunos de las tradiciones que aún se mantienen en la festividad de Todos los Santos.
En Murcia y su huerta, la tradición es aún fuerte. En estos días miles de personas compran flores, hacen las camas a los difuntos, encienden velas, rezan novenas por los familiares, pagan misas para los fallecidos, en incluso hay tradición en degustar dulces propios de esta época.
El día 1 de Noviembre, día de Todos los Santos, es un día especial donde la fiesta mágica de este día viene cargada de una especial simbología. La principal razón de ser de esta festividad de Todos los Santos, es honrar a los muertos, recordándolos y principalmente marcarles el camino hacia la eternidad. Otras tradiciones antiguas, se han perdido ya, y solo las recuerdan las personas mas mayores, porque ya no se practican.
En muchas casas murcianas, se iluminan en estos días los retratos de los familiares que se han ido, con velas. La función de poner velas es “alumbrar el camino que tienen que seguir las almas de los difuntos para llegar al otro mundo”. Curiosamente son típicas las mariposas y luces especiales que arden y flotan sobre una capa de aceite, y que son encendidas en la noche del 31 de Octubre.
Otra tradición curiosa en Murcia, es hacer la cama con mucho esmero y cuidadosamente, en la mañana del día 1 de noviembre. según algunos testimonios el motivo es porque salen las ánimas a descansar. A las dos de la tarde del día de los santos, salen para entrar al día siguiente a la misma hora. Por lo que la cama se prepara con las mejores sábanas del ajuar, con el fin de facilitar un placentero descanso del familiar difunto.
En 1944, en un artículo, Hoyos Sáinz, indica “en la huerta de Murcia arreglan las alcobas lo mejor posible y no se acuestan los vivos para que los muertos puedan volver a descansar”.
NOVENAS, SALVES Y REZOS
En la doctrina católica la muerte había que celebrarla, aunque con tristeza y meditación. Para los católicos es el paso al cielo y los familiares y amigos en la tierra tienen que facilitar esta transición mediante novenas, rezos, salves y demás ritos que se encomendaban a Dios para ayudar a los difuntos.
Los familiares ayudan al difunto mediante las oraciones, la limosna y principalmente con la misa. Según se cuenta, había una costumbre que marcaba la muerte y era el luto. Familiares y amigos de los difuntos se vestían de negro de los pies a la cabeza. La tradición del luto antiguamente que podía llegar a ser incluso por más de dos años, marcaba también el día cotidiano de las personas. Era habitual practicas de las mujeres que estaban de luto como colocar boca abajo los platos en el vasar, quitar cualquier objeto de menaje de cobre o metal que brillase a la luz, volver las estampas y cuadros que hubieran por la casa, y las guitarras de los hombres eran guardadas en el fondo de las arcas.
En muchos pueblos con las campanas de sus iglesias, aún se sigue “tocando a muerto”. Es entonces cuando los vecinos salen de sus casas a la calle y preguntan quién es el difunto. La voz se va corriendo de vecino a vecino. Antiguamente estas campanas que tocan a muerte tocaban diferente distinguiendo si el difunto era hombre o mujer. Al igual que el toque era diferente si el muerto era un niño.
TRADICIÓN EN MUERTES DE NIÑOS
En Murcia la muerte de los más pequeños era tratada de una forma curiosa. Los difuntos niños eran encerrados en ataúdes blancos, trasportados por otros chicos de su edad, eran seguidos y acompañados por niños y detrás iban los hombres.
La capilla ardiente era en la cama y se les tapaba con ramas de albahaca dejando destapado solo sus rostros.
El tratamiento de las muertes de niños ha cambiado considerablemente, e incluso antes a los niños difuntos que no se les había bautizado aún, se les enterraban fuera de los cementerios.
Actualmente el día 1 comienza el ciclo de los difuntos, en los cementerios de la ciudad de Murcia. En los cementerios de la capital Murciana, los auroros cantan salves a los muertos frente a sus tumbas, para honrar a amigos y familiares así como a personajes distinguidos de la ciudad. Esta tradición se realiza rodeados de las personas y familiares que aun mantienen viva esta costumbre de visitar las tubas de sus familiares difuntos.