En la tranquila y pintoresca ciudad de Mula, la llegada de la Semana Santa transforma sus calles y plazas en un escenario vivo de fervor y tradición. Durante estos días, las figuras más destacadas de la imaginería religiosa salen de sus reposos habituales en parroquias y ermitas para engalanar las calles sobre majestuosos tronos, atrayendo las miradas de lugareños, visitantes y penitentes por igual.

La Noche de los Tambores: Una Tradición Arraigada

Desde tiempos inmemoriales, el Martes Santo en Mula marca el comienzo de la Semana Santa con la tan esperada Noche de los Tambores. Este evento, que se remonta a siglos pasados, se convierte en el momento culminante de la espera y la anticipación para los habitantes locales y los forasteros que se acercan para ser testigos de esta experiencia única.

La Plaza del Ayuntamiento se convierte en el epicentro de la acción. A medida que las horas avanzan hacia la medianoche, los tamboristas, ataviados con sus túnicas características y sosteniendo con orgullo sus tambores, se congregan en la plaza. La oscuridad envuelve el lugar mientras la multitud espera en silencio. Entonces, el antiguo reloj público da las doce campanadas, anunciando el inicio de la tamborada.

El estruendo de miles de tambores resuena en la noche, creando una atmósfera vibrante que impregna toda la ciudad. Esta tradición, conocida como la Noche de los Tambores, ha perdurado a lo largo de los años, resistiendo el paso del tiempo y manteniendo viva la esencia de la Semana Santa en Mula.

El Bando y la Plaza del Ayuntamiento: Testigos de la Tradición

El Bando, comunicado oficial emitido por las autoridades locales días antes de Semana Santa, anuncia los horarios y días de toque del tambor, marcando así el inicio de los preparativos para esta celebración tan esperada. La Plaza del Ayuntamiento, con su imponente Torre del Reloj, se convierte en el punto de encuentro tradicional para los tamboristas, sirviendo como escenario perfecto para el inicio de la tamborada cada Martes Santo.

La Pángana y el Monumento al Tamborista

Una de las características más destacadas de la tamborada muleña es la Pángana, un espectáculo espontáneo donde dos tamboristas compiten en una exhibición de destreza y habilidad. Este emocionante enfrentamiento refleja la pasión y el orgullo que los habitantes de Mula sienten por su tradición.

En el año 2000, se erigió un monumento al tamborista muleño, obra del escultor Rafael Pi Belda. Esta escultura, ubicada estratégicamente frente a la Torre del Reloj, representa la esencia misma de la tamborada, capturando la esencia y el espíritu de esta celebración única.

Historia y Evolución de los Tambores de Mula

La historia de los tambores en Mula se remonta al siglo XIX, con sus orígenes difuminados en la bruma del tiempo. A pesar de los intentos por regular esta tradición por parte de las autoridades locales en el pasado, la tamborada ha perdurado, consolidándose como una de las celebraciones más emblemáticas de la Semana Santa en la región.

Procesiones Emblemáticas

Cada día de la Semana Santa en Mula está marcado por procesiones que recorren las calles de la ciudad, llevando consigo la devoción y la solemnidad de la ocasión. Desde la Procesión de Jesús Triunfante el Domingo de Ramos hasta la Procesión del Resucitado el Domingo de Resurrección, estas manifestaciones de fe y tradición son un testimonio vivo de la rica herencia cultural de Mula.

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En resumen, la Semana Santa en Mula no solo es un momento de reflexión y devoción, sino también una celebración de la identidad y la historia de esta encantadora ciudad. A través de sus tambores resonantes, sus procesiones majestuosas y sus tradiciones arraigadas, Mula nos invita a sumergirnos en un mundo de emociones y experiencias únicas que perdurarán en nuestra memoria mucho después de que las campanas hayan dejado de sonar.